En la Plaza Zabala la Coordinadora Anti Razias está reunida. La Coordinadora Anti Razias era eso. Un caos en movimiento, una suerte de magma efervescente e impredecible. Radicales en lo social y en lo político, pero inorgánicos. Desorganizados si se lo midiera con los parámetros de las organizaciones políticas y sindicales conocidas hasta el momento. Pero tremendamente efectivos. Una efectividad que emanaba de la espontaneidad y la sencillez de las propuestas y acciones que encaraba. El puño cerrado con el mayor abierto era el símbolo - desafiantey de burla - de la Coordinadora. Un emblema capaz de incomodar, por igual, a militantes de todos los sectores.
El grupo inicial ya se venía reuniendo en torno al SURME en la misma Plaza Zabala o en un local sindical que le habían prestado. En la primera reunión después del plebiscito, hacia fines de abril, quedó constituida la Coordinadora. Era una idea que el SURME venían barajando desde el episodio del "Chino"pero que esperaron al fin de la campaña por el voto verde para poner en práctica, al instante hubieron grupos de apoyo en barios barrios: La Teja, Cerro, Nuevo París, Parque Posadas, Atahualpa, Sayago, también se contó con el apoyo de algunas revistas "subte" restos de agrupaciones liceales, teatro barrial y mucha gente suelta.
El 23 de junio, pese a la prohibición policial, más de cuatro mil jóvenes recorrieron el tramo entre la Plaza de los Bomberos y la Plaza Libertad. Fue "la primera marcha que se recuerda que en el lugar del discurso termina con una obra de teatro", no hubo banderas de partidos, la Coordinadora no permitía que en sus marchas se portaran colores partidarios. La segunda actividad se realizó con una marcha de antorchas desde la Plaza Lafone hasta el Cerro donde se formarían, a fuego, las letras "No más razzias".
En la convocatoria podía leerse: "Para que ser joven no sea delito, juntémonos entre los iguales. El presente es nuestro".
Luego de nueve días de agonía, se divulga la muerte del joven Guillermo Machado, detenido por la seccional 15ª mientras conversaba con su novia. De la seccional pasó directamente al CTI del Pasteur, en estado de coma. La movilización del 25 de julio fue masiva, organizada por la Coordinadora Anti Razias única organización que venía trabajando en el tema. La indignación, convertida en avalancha, provocó la renuncia del ministro del interior, Antonio Marchesano, y la justicia procesó al subcomisario de laseccional 15ª por los delitos de abuso de funciones y privación de la libertad. Más importante aún,la Jefatura de Policía de Montevideo decidió suspender las razzias "temporalmente y en forma experimental".
Apenas dos meses más tarde la Coordinadora convocó su acción más ambiciosa: el campamento de Libertad, durante tres días, bajo el lema "Libertad: la otra historia". La actividad se encaró como festejo por el fin de las razzias y en su preparación y difusión se utilizaron formas alternativas de comunicación: fogones, bailes, guitarreadas, representaciones teatrales en las calles, garffitis. El campamento duró tres días, del 13 al 15 de octubre. Concurrieron algo más de cuatro mil personas,se contabilizaron unas 300 carpas y hubo de todo: mimo, teatro, exposiciones de dibujos, charlas sobre drogas y sexualidad y mucha música. Se instaló un gran escenario, hubo una carpa de sanidad coordinada por estudiantes de Medicina, venta de alimentos y bebidas y funcionó una radio pirata, la CX21 Radio Tirando a Rebelde, que transmitió con parlantes ubicados en diferentes lugares del campamento. El movimiento AntiRazzias fue precursor también en el tema de las radios libres.
Libertad fue la última actividad importante de la Coordinadora Anti Razias. Hubo intentos de seguir adelante, se convocó una marcha desde la Escollera Sarandí y un festival en Villa Española.
Terminó el año y la novel organización dejó de funcionar, desapareciendo de forma casi imperceptible. Como había nacido. Sin embargo, la breve experiencia de una Coordinadora que duró apenas siete meses, cambió la historia del movimiento juvenil no vinculado directamente al movimiento estudiantil.
Varios que participaron en el movimiento antirrazias coinciden en el papel jugado por el SURME; "ellos se pusieron la Coordinadora al hombro". Una constante del SURME era el rechazo a los partidos políticos "Hemos ganado un espacio propio para los jóvenes y lo sabemos. No vamos a permitir que nadie nos saque provecho electoral". Asumieron que se trataba de una propuesta "desde los jóvenes y para los jóvenes" y describían así el tema de la alegría : "No queremos asumir esta lucha con el gesto duro, porque entonces seríamos iguales a los represores. Queremos asumirla con alegría, como somos nosotros" cuestión en la que fueron tan coherentes que acostumbraban responder cantando al acoso policial. Y que estaban dispuestos a desaparecer cuando las razias terminen, algo que con los meses se confirmaría: "La Coordinadora no se va a desmovilizar hasta conseguir lo que se busca en esta primera instancia: que desaparezcan las razias".
"Baila que baila, baila, baila de corazón, sin policías sin vigilantes vamos a vivir mejor"
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